- En un barreño abocamos el agua, la sosa cáustica y removemos con cuidado con un palo o cuchara de madera larga, ya que, LA SOSA CAUSTICA QUEMA y desprende gases tóxicos peligrosos. Es conveniente tener un ambiente muy aireado durante el proceso.
- A parte, en otro recipiente, disolvemos la trementina con un poco de aceite que vamos calentando a fuego muy lento y sin dejar de remover. con otro palo más fino.
- Disuelta ya la trementina, la abocamos junto con el aceite restante en el barreño donde está la sosa cáustica y seguimos removiendo, siempre en el mismo sentido (sentido agujas del reloj) hasta que cuaje. Finalmente lo abocamos todo en una caja o cajas preparadas con algún paño.
- Se saca del cajón de madera y antes de que esté demasiado duro se corta en pastillas.